miércoles, 9 de noviembre de 2011

CEREBROS ALCOHOLIZADOS




En un artículo reciente, publicado en National Geographic, el periodista David Dobbs definió el cerebro de los adolescentes como "una obra en construcción". Y es verdad. El cerebro humano, de acuerdo con las investigaciones científicas, termina su desarrollo poco después de los 20 años.
En los años 90, los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos elaboraron los primeros estudios para conocer cómo funcionaban los cerebros de los adolescentes. Encontraron que entre los 12 y 25 años el cerebro sufre muchos ajustes.
El neurocientífico mexicano Arnulfo Romo lo explica así: "Durante la adolescencia, el cerebro tiene una inundación de hormonas; además cambia la forma de percibir, de aprender, asé como de interpretar el mundo"
Un cerebro en formación, como el de los adolescentes, expuesto al alcohol en forma excesiva y constante sufre alteraciones importantes, sobre todo en zonas cruciales para su vida futura. La ciencia lo ha comprobado.
Investigadores de la Universidad de San Diego, de la Universidad de Cincinnatti y la española Marta Torrens han practicado diversos experimentos para evaluar los daños del etanol en cerebros jóvenes.
Uno de los experimentos consistió en tomar imágenes de distintas áreas de los cerebros de jóvenes, 12 y 48 horas después de que bebieron varios tragos. Los científicos encontraron alteraciones en varias zonas cerebrales, en especial en la corteza prefrontal, un área vital porque ahí; se realizan conexiones neuronales relacionadas con la atención, la concentración, la toma de decisiones, la acertividad y el control del impulso. "No importa que la concentración del etanol en la sangre haya disminuido, no importa que pasen 12 ó 48 horas después de que se consumió alcohol, las alteraciones permanecen", explica la doctora Rosa Díaz Martínez, del Instituto Nacional de Psiquiatría.
Los adolescentes son impulsivos por naturaleza. La explosión de hormonas que hay en su cerebro y los reacomodos neuronales que presentan hacen que no midan el peligro, que no se tomen el tiempo suficiente para reflexionar sobre sus actos. Si a ello se le suma la acción del alcohol en la corteza prefrontal, el coctel puede ser fatal.
Y como muestra, Víctor Márquez Soto, director de tratamiento y rehabilitación de los Centros de Integración Juvenil, menciona la siguiente cifra: 23% de las muertes en los conductores intoxicados por alcohol ocurren entre jóvenes de entre 15 y 24 años de edad.
En el libro Los jóvenes y el alcohol en México, escrito por investigadores de los Centros de Integración Juvenil, se explica que los circuitos cerebrales implicados en la memoria "son más vulnerables al consumo del alcohol".
Además, se documenta que el mayor daño cerebral se presenta después de consumir fuertes cantidades de alcohol durante cuatro días seguidos.
En la fiesta de 15 años, los estudiantes de secundaria se miran felices. El alcohol produce esa euforia, gracias a que reprime los mecanismos regulatorios en la subcorteza cerebral. Si continúan bebiendo, seguro que más de uno terminará en una silla, desguanzado, con una reducción en su agudeza visual, sin poder articular largas frases, sin controlar sus movimientos, sin poder mantenerse en equilibrio y con notoria desorientación.
La afectación en el área prefrontal, señala la doctora Díaz Martínez, también puede provocar un bajo rendimiento escolar, sexo inseguro (por la disminución en el control de impulsos) e incluso violencia.

fuente: http://www.eltiempo.com/vida-de-hoy/salud/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-10673945.html

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